En los últimos años los donantes internacionales, a pesar de que las campañas de sensibilización frente al VIH han demostrado ser eficaces, han dejado de financiarlas.
La tasa de uso de anticonceptivos modernos ha descendido entre las adolescentes respecto a las mujeres de más edad en casi todos los países en desarrollo.
La mitad del total de nuevas infecciones de VIH se producen entre personas jóvenes y casi una cuarta parte de las personas que viven con VIH tienen menos de 25 años.
Por ello Angata considera que es imprescindible continuar con el trabajo de sensibilización sobre todo entre los colectivos más vulnerables: Jóvenes y mujeres.
Aumentar el poder de las mujeres en la toma de decisiones sobre su salud y sobre el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos es una estrategia imprescindible en la lucha contra el VIH/Sida.
La mayoría de las nuevas infecciones de VIH se producen por vía sexual y en especial dentro de relaciones heterosexuales. Las mujeres representan un porcentaje cada vez mayor de personas con infección. En África Subsahariana alrededor de un 60% de las personas que viven con la infección son mujeres y el grupo de edades entre los 15 y los 25 años es el más vulnerable.
Es por tanto necesario estar especialmente atentos a las barreras que pueden impedir el acceso de las mujeres a los medios de prevención y que afectan a las toma libre de decisiones de las mujeres: prejuicios en torno a la promiscuidad, la sexualidad masculina o el temor que la pareja desapruebe el uso del preservativo.
La estrategia ABC (Abstinence, Be faithful, Use a Condom – Abstinencia, fidelidad y condón) ha sido impuesta por los donantes internacionales como un medio para introducir códigos morales y no ha demostrado ser eficaz en la lucha contra el VIH/Sida. Esta estrategia se basa en la falsa premisa de que el matrimonio es un factor de protección frente al VIH/Sida.
Para las mujeres esta estrategia es especialmente dañina ya que las mujeres no siempre pueden negociar con su pareja el uso del preservativo o la fidelidad y no las protege en las relaciones forzadas.
Por otro lado el consejo de retrasar el inicio de las relaciones sexuales hasta el matrimonio puede tener el efecto perverso de adelantar la edad del matrimonio.
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