Proyección de “Irioweniasi” en el Reina Sofía.

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El próximo Jueves 4 de octubre a las 19:00h se proyectará en el Museo Reina Sofía el documental “Irioweniasi. El hilo de la luna.” seguido de un  coloquio con Inmaculada Antolínez Domínguez y Esperanza Jorge Barbuzano, sus directoras, y Teresa Madueno Hidalgo, técnica especializada en intervención con mujeres en situación de trata.

La Red Solidaria de Acogida (RSA) es integrante de “Museo Situado”, una red de colaboración entre distintas asociaciones del barrio de Lavapiés y el Museo Reina Sofía y con esta actividad propone visibilizar la trata de personas.

Las propias directoras relatan así los porqués de ese proyecto:

“Si ustedes van a Nigeria, cuéntenles a las chicas la verdad sobre el camino, sobre la explotación”, nos dijo una joven nigeriana que conocimos durante el trabajo de campo que realizamos con mujeres migrantes del África occidental que permanecían (algunas durante años) en Marruecos ocultas en la sombra que grotescamente proyecta la frontera Europa-África, allí en las periferias de la vida, en el epicentro de los daños. Nuestra contestación fue: nosotras vamos a ir y nos comprometemos a llevar todo mensaje que consideren, pero lo que les proponemos es que sean ustedes quienes cuenten. A partir de ese momento la cámara de vídeo estuvo presente en cada una de las sesiones que realizamos a lo largo de tres años, lo que hizo posible que posteriormente las voces de ellas viajaran entre el Estado español, Marruecos y Nigeria, en permanente diálogo, siendo igualmente filmadas las réplicas, las preguntas, las aportaciones, los sueños generados.

Nuestro proyecto de investigación con mujeres nigerianas vinculadas a la trata de personas se inició en el 2014 cuando esbozamos tempranas estrategias que buscaban facilitarles el complejo ejercicio de la construcción de sus relatos de vida. Ellas tienen que contar en puestos habilitados en las fronteras, en las comisarías, en los Centros de Internamientos, etc. Siempre, tal como recoge la propia definición de trata en el Protocolo de Palermo de Naciones Unidas, estando sometidas a amenazas, violencias o tantas otras formas de coacción que les recuerda que tienen prohibido hablar. Gran parte de nuestro trabajo, por ello, ha buscado diseñar para y con ellas herramientas creativas apoyándonos en las distintas disciplinas del arte facilitadoras de las narraciones anónimas o con autoría colectiva, potenciadoras a su vez de procesos de restablecimientos o resiliencia. Abordar la trata nigeriana a través de sus protagonistas ha implicado que, deshaciendo la ruta migratoria, desarrolláramos talleres en diversos contextos como los asentamientos agrícolas de Huelva o Almería, los Centros de Estancia Temporal de Ceuta y Melilla, la frontera de Marruecos con Argelia, Institutos y prostíbulos en Nigeria, etc. Hemos teatralizado fragmentos de vida, fotografiado nuestros cuerpos y el mundo, dibujado sentimientos y agresiones, o filmado quienes somos con más de trescientas jóvenes y mujeres mayormente nigerianas. Esta propuesta se trabajó igualmente con las entidades especializadas en la temática en terreno, pudiéndonos nutrir igualmente de los conocimientos del personal técnico entrevistado que en el documental que presentamos entrelazan sus discursos con los de las mujeres.

“No hay trabajo, no hay comida. Déjame ayudarte llevándome a una de tus hijas a Europa y así ella podrá ayudarte. Ese es el engaño. Cuando ella llegue a Europa comenzará a ser explotada”, nos comparte la coordinadora de la ONG Girl Power Initiative, de Benin City, Nigeria. Este documental es resultado de un proceso de investigación creativa participativa donde se ha querido hablar desde aquellas a las que denominan “víctimas” y que se han impuesto frente a nuestro cristalino objetivo como agentes sociales implicadas en diseñar un mundo sin trata. No hemos trabajado con víctimas, decimos. Hemos labrado camino con mujeres y jóvenes supervivientes, portadoras de conocimientos claves y también “victimizadas” por un sistema que coloca en el centro de la vida el mercado, el comercio. Que permite y potencia la explotación y el sometimiento de los cuerpos, aún más los de las mujeres. Un sistema que cuadricula el mundo trazando fronteras y levantando vallas con cuchillas cuya misión es ahogar personas y derechos en los mares de agua (como sucede vergonzosamente en nuestro Mediterráneo); en los mares de arena como el Sáhara en el que tantas personas pierden el camino y con él la vida; o en los mares de la burocracia que despojan de la condición de ciudadana o ciudadano de derecho a quienes se les sella la frente serigrafiándole el escuálido, absurdo y asesino término “ilegal”.

“Las chicas no tienen nada que decir”, señala un guía nigeriano del camino como una de las diferencias que existen entre lo que es el trayecto migratorio para un hombre y lo que es para una mujer. Otra diferencia, continúa, es que ellas “son mercancía”. Añadiendo que para evitar que esta mercancía sea dañada las llevan “escondidas”. En un ejercicio ético y estético de confrontación con tales roles impuestos, en este documental las mujeres deshacen los silencios comprometidas con sus iguales para que estas no vivan lo que ellas han sufrido. “Nadie es tan fuerte como para tirar del hilo de la luna y bajarla, nadie es tan fuerte como para hacerte daño”, nos dice Blessing que es lo que significa uno de sus nombres, aquel que da título a este documental: Irioweniasi.

 

 

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